La historia de la lengua se desarrolla a la vez de la historia de humanidad. En España, esta empieza en la prehistoria con las lenguas de Iberia antes de la Romanización, tras la conquista romana pasamos por el latín, el romance español y la expansión del castellano con su desarrollo hasta la actualidad. La lengua está en constante evolución como podemos comprobar fácilmente a nivel generacional.

A partir de la lengua se desarrolla la ortografía. Esta sirve para hacer un uso de las letras y las palabras considerado correcto a partir de unas normas ortográficas pactadas. Las normas existen no solo para escribir sin faltas, sino también para darle un significado a nuestras oraciones. Por ejemplo, si no pusiéramos ni puntos ni comas, el significado de la frase cambiaría dependiendo de quien la leyera, ya que la puntuación nos marca la pausa, entonación y significado. También si no hubiera unas normas ortográficas podría ser que para una persona una palabra escrita de una manera tuviera un significado y otro para otra persona. Al igual que al hablar con diferentes acentos, puedes pronunciar de una manera una palabra, pero al escribirla todos de la misma forma, podemos saber con claridad de qué palabra se trata.