Lazarillo de tormes (adaptado a la realidad)

HISTORIA

Lazarillo de Tormes (adaptado a la realidad)

HISTORIA

Soy Abigail, una joven de 24 años de edad. Mi nombre me lo puso mi madre y viene de mi nacimiento en un avión cuando nos mudamos ilegalmente a España, concretamente a Madrid. Ella trabajaba vendiendo su cuerpo a desconocidos, y a mi padre, un señor reconocido mundialmente por sus malos actos, no lo llegué a conocer.

Un día, cuando tenía ya 13 años, mi madre fué a trabajar como cada noche y no volvió. Como no tenía familia, mi vecina decidió adoptarme y me dijo que si ella había hecho eso era para que yo sirviera de algo, así que me sacó de la escuela y me puso a trabajar en su restaurante, lavando día y noche los platos y si lo hacía mal me pegaba fuerte con las cazuelas. Uno de esos días me crucé, le clavé un cuchillo en el pié y salí corriendo.

Poco después de huir de mi vecina me encontré a un señor que me acogió en su casa donde vivían más niños sin familia y sin papeles. Ese señor no nos trataba del todo mal pero muchas veces nos obligaba a robar discretamente y llevarle los objetos robados a él, pero en una de éstas le intenté quitar el teléfono móvil a una señora que se dio cuenta y gritó que yo era una ladrona, salí corriendo pero alguien me hizo la zancadilla y me dí contra una piedra.

El día siguiente me desperté en el hospital y llamaron a servicios sociales donde me hicieron papeles, me asignaron una familia, gracias a la cual pude tener estudios y ahora estoy muy agradecida y gracias a esta ayuda que me ha dado puedo trabajar de lo que me gusta y de lo que se me da bien: Youtuber de videojuegos.

FRAGMENTO gracioso

Señor, usted ha sido muy amable conmigo al ofrecerme este puesto de trabajo y sería un honor que supiera las penas por las que he pasado hasta ser quien soy, declarando así mi agradecimiento y mis ganas de trabajar para usted.

Nací en un avión durante un vuelo desde Colombia a España (de allí mi nombre Abigail) y lo que al principio era una estancia temporal en España se convirtió en nuestro hogar. Mi madre me dijo que en los aeropuertos se escondían monstruos, así que yo no me acercaba a éstos. Ella solía trabajar por las noches con vestidos muy ligeros y cuando volvía, antes del amanecer, estaba despeinada y yo me preguntaba cómo no tenía frío. A mi padre no lo llegué a conocer, pero parece ser que se llamaba Pablo Escoba o algo por el estilo, pero cuando yo decía su nombre la gente escupía al suelo y me llamaban loca.