¿Quien no conoce el famoso juego Monopoly? Según el Libro Guiness de los Récords, el Monopoly es el juego de mesa más vendido en el mundo: en 114 países y 47 lenguas. Todos conocemos como funciona; todos los jugadores tienen un mismo dinero inicial con el cual podrán comprar calles, casas y hoteles a medida que avance el juego. En el juego podemos ganar o perder dinero y los participantes irán arruinándose hasta que solo quede un jugador que obtenga todo el capital. No es muy complejo de recordar, ¿Verdad? Lo que muchos hemos olvidado, o simplemente nunca hemos conocido ha sido el origen de este popular juego de mesa.

De hecho lo inventó una mujer, que quería crear un modelo de juego anticapitalista dónde se podían aplicar dos tipos de normas; las capitalistas (similares a las del juego actual) y las anticapitalistas, dónde cuando un jugador obtenía recompensas debía dar parte de los beneficios a otros jugadores y otras normas donde el conjunto sacaba partido al individual. Lo que Elisabeth buscaba era un debate, enseñando con una herramienta de entretenimiento la diferencia entre un modelo económico y otro, que por consecuente despertarían la consciencia sobre el egoísmo del capitalismo y los puntos positivos del perfil opuesto a esta estructura. Esto nunca pasó, ya que los jugadores prefirieron, con el tiempo, jugar a machacar al contrario.

El juego gozó de gran éxito, y fue modificando sus reglas en EEUU, por distintas comunidades de jugadores, hasta que finalmente Charles Darrow pulió una versión a gusto de todos y vendió la patente como propia a la compañía Parker Brothers.

En clase de lengua castellana hemos imitado el modelo de juego de Magie, el anticapitalista, y hemos jugado contestando preguntas sobre cosas que hemos aprendido a lo largo de estos quatro años, para hacerle tributo a la real inventora del Monopoly y finalizar el curso. Es así como ha nacido Magiepoly en el instituto.