En la última situación del curso, hemos aprendido mucho sobre la novela de Mary Shelley “Frankenstein”. Para situarnos en el tema, hemos visto dos películas sobre el libro, una de James Whale, estrenada en 1931, y otra de Kenneth Branagh, del año 1994.

En la película de Whale se destaca mucho más el aspecto inconsciente e irracional de la creación del Dr. Franckestein, al que decide llamar Henry, dándole el nombre de Víctor al amigo del científico. Dada la época en la que se hizo la película, ésta está representada en blanco y negro, cosa que en mi opinión, le da un aspecto favorecedoramente oscuro. El guión de Whale dicta que el cerebro de la creación fue de un difunto criminal, cosa que hizo para darle sostenibilidad al hecho de que se vuelva violento. Sin embargo, no le quita ese aspecto inocente de neonato, dándole una escena en la que juega con una niña y acaba poniéndola en peligro no por maldad, sino por desconocimiento de datos básicos como que los niños no flotan en un lago como las flores.

La película de Branagh, sin embargo, tiene mucha más explicación científica, cosa que le otorga relevancia al argumento, y muestra a la creación del doctor con unos matices más serenos y racionales. Explica más la vida del Dr. Frankenstein y de sus pensamientos, dándole a Elizabeth, su prima adoptiva y futura esposa, un papel más importante en la trama. Hay imágenes más explicitas en las escenas violentas y tanto los efectos especiales como el maquillaje están destacablemente conseguidos.

Las dos obras cambian levemente el argumento de la historia, aunque sin desviarse de la historia principal. Si tuviera que escoger una de entre las dos, seguramente me quedaría con la obra de Branagh, ya que es más realista y entiendes con más detalle el argumento, pero como amante del cine antiguo se me hace difícil tratar de menos a una obra como la de Whale, que se centra más en el ámbito emocional que en el científico.