FLÂNEUR

Caminar y pasear se concibe, desde la perspectiva del Flâneur, una forma de ensayo y error. Es observar sin ser visto, es saber caminar observando los pequeños resquicios de la ciudad y de todo lo que la dota como tal. 

El término Flâneur fue usado por vez primera durante los siglos XVI y XVII. Pero no fue hasta el siglo XIX, máximamente expandido por las ramas del renacimiento, con el sentimiento existencial que rodeaba a todos los artistas incomprendidos y tocados por la mano de Dios, que el conjunto de esta palabra no tomó un rumbo distinto. Charles Baudelaire presentaba un retrato memorable del flâneur cómo el artista-poeta de la moderna metrópolis:

“La multitud es su elemento, como el aire para los pájaros y el agua para los peces. Su pasión y su profesión le llevan a hacerse una sola carne con la multitud. Para el perfecto flâneur, para el observador apasionado, es una alegría inmensa establecer su morada en el corazón de la multitud, entre el flujo y reflujo del movimiento, en medio de lo fugitivo y lo infinito. Estar lejos del hogar y aun así sentirse en casa en cualquier parte, contemplar el mundo, estar en el centro del mundo, y sin embargo pasar inadvertido —tales son los pequeños placeres de estos espíritus independientes, apasionados, incorruptibles, que la lengua apenas alcanza a definir torpemente. (…) podríamos verlo como un espejo tan grande como la propia multitud, un caleidoscopio dotado de conciencia, que en cada uno de sus movimientos reproduce la multiplicidad de la vida, la gracia intermitente de todos los fragmentos de la vida”

Según Fournel y su análisis de la poesía de Baudelaire, Walter Benjamin describía el flâneur como la figura esencial del moderno espectador urbano, un detective aficionado y un investigador de la ciudad. Más aún, su flâneur era un producto de la alienación propia de la ciudad y del capitalismo. Para Benjamin, el flâneur conoce su fin con la llegada de la sociedad de consumo.

Asimismo estos artistas empedernidos usaban sus paseadas para empaparse del ambiente y plasmarlo en la poesía. Podemos decir que entonces al fin y al cabo sus salidas buscaban un fin abstracto, pero lo buscaban. 

Asimismo actualmente hay un gran debate sobre la posible existencia de esta figura. ¿La rutina del día a día nos ha consumido tanto que somos incapaces de salir al exterior sin rumbo fijo? ¿O no sería más que una definición de ‘perder el tiempo’? 

Dejo un enlace de un corto, muy corto sobre lo que podría ser hoy en día una definición de Flânuer en una vida convencional y cotidiana.